Camino en una noche distinta a las demás,
pareciera que todo el mundo ha desaparecido,
unidos por la felicidad el amor y la paz...
mientras tanto yo camino solo por las calles oscuras,
pero no lo lamento, sé que mi vida es diferente a la de los demás,
y que abundarán los momentos de soledad, ya es parte de mí,
y no pretendo huir de ella, ha sido la mejor compañera
en momentos críticos de mi vida.

El semáforo está en rojo, pero cruzo confiado, no hay más
almas dando vuelta que yo. Quizás muchas almas hipócritas
se sientan en una mesa a compartir una cena
sin tener las ganas de estar allí, yo simplemente guardo mi
distancia y veo las luces encendidas de todos los hogares,
prefiero ser leal a mi soledad que traicionarla en este momento,
¿Por qué debería de hacerlo?

Es complicado el hecho de no saber por qué teniendo a los míos
más cerca que nunca, no me siento aún así parte de ellos,
busco algo más trascendental que el amor, busco paz.
Veo las olas chocar contra las rocas, como cualquier otro día,
pero para mí simplemente no lo es. Miro el cielo, siento frío
y decepción a la vez y me doy cuenta que gracias a momentos
como estos mi personalidad se forja de diferente forma.
Quiero vivir experiencias nuevas que me marquen,
para así recordar en algún futuro cercano, lanzarme al mundo,
se que hay otros como y allí afuera, no quiero vivir el resto de mis días
lamentando las cosas que no realicé.

Los años se hacen cada vez más cortos, pero mis ganas de vivir
crecen aún más con el tiempo.
Las luces solo son resplandores difusos,
el frío ya no lo puedo sentir,
y estoy solo con mis pensamientos, y el mar.

Otra festividad que pasa, sólo espero que la próxima
me sorprenda, par ano vivir más días así.
Deseo poder volver a ser niño y creer que la magia
SI EXISTE!.