Y estoy aquí, contemplando tu rostro,

En esta fría y oscura noche.

Ignorando toda perturbación

que opaque tu esplendorosa belleza

y pudiendo ver que en realidad

las tinieblas son solo una palabra errante,

cuando tu presencia está en el manto infinito

llamado firmamento.

Haces aflorar en mí

El más maravilloso sentimiento

Que por nadie pueda sentir;

Haces dejar mis defectos de lado

Y sacarme la venda de los ojos

Al poder tener esa emoción

Que colma mi alma con un simple atardecer.

Hermosa amante nocturna,

Calmas todos mis males,

Solo haciéndome compañía,

Esa compañía silenciosa,

Pero a la vez ensordecedora.

No quiero parecer redundante

Expresándote mis sentimientos,

Pero gracias a ti, soy la persona que soy;

No temas! No pienses que estas lágrimas,

Son de dolor, amargura o tristeza,

si no más bien un tributo de diamantes

ante tan majestuosa mussa